13 jul 2006

“Los Sueños de la Razón” de José Antonio Marina

Paciente Teófila,

No crea Vd. que mi humilde biblioteca está formado solamente por libros robados, la mayoría de ellos fueron adquiridos con buenas artes, o bien fueron regalos como es el caso de “Los Sueños de la Razón” de José Antonio Marina que obsequiara mi graciosa hermana en mi última visita a su hacienda en la Española.

He decidido separar mis comentarios en dos epístolas, para así no agobiar los favores de vuesa dulce paciencia. Más adelante intentaré reflexionar sobre el autor y sobre la cocina de este libro, del cual bien sabe Vd. que como filogastronómico en este momento me interesa particularmente. Pero no quise retrasar más mi carta esperando que pueda leerla cuando visite los Champs Elysées.

Pero ahora le contaré sobre el "contenido" de este libro, inscripto en la estructura de un viajero curioso y “objetivo” que visita el lugar de los hechos en compañía del amigo sabio que lo ilumina con sus conclusiones. Marina incluye el correctísimo subtítulo “Ensayo sobre la experiencia política”. Asi, lo más interesante para el autor es "considerar la Revolución (Francesa) como una gigantesca experiencia política". Viajero y amigos, sendos alter ego de Marina, se internan en los meses de Revolución. Allí por ejemplo, por un lado encontraríamos a los girondinos, para quienes "la ley es el resultado de la voluntad general entendida como mayoría en la votación", en una postura parecida a la de los recientemente creados Estados Unidos de América. Por el otro los jacobinos, vencedores bajo Robespierre, para quienes "la voluntad general nada tiene que ver con las votaciones", sino que son algo "objetivo, intemporal, sagrado como la verdad": quien llegue a encontrar ese deseo profundo se convierte en la voz de la nación. Estas y todas las principales discusiones se van sucediendo a lo largo del libro, intentando repetir la imagen de ser una Revolución que se iba discutiendo día a día.

Su protagonista que es un rico hacendado cubano que marcha con su tío que había sido elegido diputado de los colonos de Saint Domingue (actual Haití) para los Estados Generales convocados por el Rey de Francia en 1788 con el fin de resolver sus problemas económicos. Como tal, tiene la posibilidad de codearse con todos los grandes personajes gestores de las ideas y las acciones, por lo que para un no iniciado como yo en el los días de gestión de la revolución resulta una más que atractiva forma de sumergirse en la época.

En el epílogo tal vez encontremos una descripción más clara de las intenciones de Marina, que aunque ferviente defensor de la inteligencia como motor de la humanidad, se posiciona contra la "arrogancia de la razón", que pretende mejorar la sociedad introduciendo reglas nuevas, planificando desde arriba. Marina se basa en Friedrich Hayek, cuando señala que este tipo de racionalista "constructivista" se manifiesta en tres fases: 1) sobreestimación de la razón, 2) desilusión, 3) Exaltación de la Voluntad. Y habla así sea de Robespierre, Hitler o Stalin. Contra la "arrogancia fatal", la alternativa natural de Hayek es el "orden espontáneo" donde la evolución es fruto de la interacción entre infinitos comportamientos individuales.

Esperando no haberla cansado con tales infelices pensamientos, la saluda atentamente y le promete enviarle una epístola acerca de Marina como filósofo y cocinero de libros.

Teófilo.

Post Scriptum: La Imagen que ilustra esta nota es el grabado de Goya titulado "El Sueño de la Razón Produce Monstruos"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esperaré ansiosa la segunda parte... No tienen una lista de mailing a la que se avisecuando hay posteos?? Como para ir disfrutándolos uno a uno...

Darío Zetune dijo...

Me gusta la manera en tu estilo de blog: espístolas!!!! Excelente. Todo un género clásico.

Por cierto, ese libro me ha llamado la atención. Estudio filosofía. Había conocido el nombre de Marina pero creo que ahora iré a conseguir tal libro.

Mil gracias.

Por aquí andaré visitando tu link. Son de los pocos espacios que cuenta la blogósfera que tiene cosas de verdad interesantes.

Teofilo dijo...

Excelentísimo Serch,

Ante todo debo darle las gracias por vuesos inesperados elogios. Sin embargo,
tal vez sea necesario aclarar que la recomendación que pueda aparecer implícita
en mi epístola acerca de la lectura del susodicho Marina no lo hace en ningún
momento santo de mi devoción. De los filósofos poco puedo decirle acerca de lo
que poco sé, pero me ha agradado encontrarme con algunos nombres como Michel Onfray, del que hemos intercambiado con Teófila algunas epístolas acerca
de sus libros "Política del Rebelde", "La Razón del Gourmet", o del "Tratado de Ateología"

Me dice Vd. que estudia Filosofía, así que viendo tanto el trazo de vuesa caligrafía como el derrotero de la epístola imagínome que será en la Universidad Real y Pontificia de México.
Yo también me inclino hacia la búsqueda humanística y fui admitido
recientemente para estudiar con los ancianos de la Schola Epicurea Salmanticae.
Me he permitido consultar en la biblioteca y he visto que Vd. publica periódicamente en Areopago XXI. Si cree que
algunas de vuesas notas merecen ser citadas en nuestro epistolario no dude Vd. en enviarnos la cita a esta dirección, con una breve descripción de lo que encontrarán los lectores de Salónica en el post recomendado. Todo tipo de reflexiones son bienvenidas y
en particular las miradas personales que nos descubren detalles interesantes de los grandes artistas y pensadores.

Sin más que decir y agradeciéndole vuesa diferencia al escribirnos lo saluda animoso,
Teófilo.