12 jun 2007

La Revolución por antonomasia

Entusiasta Teófila,

Ya que noto a vuestra merced tan interesada en el asunto del progreso, le envío un breve texto extraído de una Summa Philosophiae Naturae acerca de la llamada revolución científica, con la correspondiente glosa que corre exclusivamente bajo mi responsabilidad.

El Texto
“¿Hubo de veras una “revolución científica” durante el siglo XVII? Tradicionalmente, la respuesta a esta pregunta ha sido un sí rotundo. Según este parecer, los cambios fundamentales que se produjeron en los diversos modos como la cultura occidental examinaba el universo, y los métodos utilizados para indagar sobre el mismo durante ese período, fueron tan radicales que merecen ser calificados de revolucionarios. No sólo eso, sino que esos cambios tuvieron tal impacto en nuestro conocimiento del cosmos y el lugar que ocupamos en él que deberían ser considerados excepcionales. En otras palabras, lo que aconteció en el siglo XVII no fue solamente una revolución científica sino la revolución científica. Partiendo de esta perspectiva, lo que sucedió durante esa revolución fue nada menos que el nacimiento de la ciencia moderna. Por eso, si este enfoque histórico es correcto, los grandes nombres que asociamos a la revolución científica –Copérnico, Descartes, Galileo, Kepler y Newton –tienen legítimo derecho a ser considerados los padres de la ciencia moderna. No sólo hicieron grandes descubrimientos y formularon teorías nuevas, sino que también introdujeron un nuevo método –el método científico que nos proporcionó un conocimiento seguro y fiable del mundo que nos rodea.” En Peter J. Bowler e Iwan Rhys Morus (2007): Panorama general de la ciencia moderna. Barcelona: Crítica. P. 31
Contenido
El texto propuesto pone en la mesa la pregunta de que si la por todos conocida “revolución científica” fue tal, proponiendo a continuación la justificación de la mayoritaria defensa de esta proposición. Aunque Bowler y Rhys Morus en el libro del que procede el extracto pongan luego en entredicho la afirmación, en este comentario nos ceñiremos sólo al contenido del párrafo seleccionado.
El eje sobre el que tradicionalmente se asientan los defensores de la posición revolucionaria es los cambios que se produjeron en el abordaje que realiza la humanidad a partir de entonces del Universo físico fueron lo suficientemente radicales para poder estampar el sello de revolución científica. Es más, nuestros autores proponen además a consideración la más acérrima defensa de estas posturas al recalcar que se llega a decir que por la calidad excepcional de los cambios ocurridos en el siglo XVII se debería considerar la revolución científica por antonomasia.
Siguiendo con el razonamiento los científicos habitualmente asociados a la revolución –Copérnico, Descartes, Galileo, Kepler y Newton– son efectivamente los padres de la ciencia moderan. Este título les cabría en su sombrero no sólo por las nuevas teorías sino por la utilización del método científico que tantas satisfacciones a ha dado a la humanidad al brindar un conocimiento “seguro y fiable” del mundo que nos rodea.

Acerca del lenguaje

Si bien en la extensión del texto propuesto no apreciamos opinión contraria, parece bastante evidente que los autores no comparten el fondo de la cuestión, principalmente por el lenguaje plagado de aclaraciones en cuanto a que las afirmaciones son siempre hechas por terceros: “según este parecer”, “partiendo de esta perspectiva”; o incluso condicionales lógicos “si este enfoque es correcto”. Podemos destacar otra argucia retórica que en este caso consiste en atacar una opinión identificándola con sus posiciones mas extremas, por ejemplo cuando se propone que la citada es en sí misma el paradigma mismo de las revoluciones. Recuerde que ya le he enviado algunas líneas acerca de la posición de Kuhn sobre las revoluciones, sobre la posibilidad de un progreso científico y que también le he comentado algunos de los cambios fundamentales de la época moderna.

Consideraciones finales

Los autores del texto hacen referencia a lo que es la visión generalmente aceptada de la revolución, entonces citan entre los autores fundamentales a los relacionados con la matematización del mundo, dejando de lado a otros personajes como Vesalio que en diversos campos produjeron cambios igualmente importantes. Creo que es importante puntualizar que a la hora de analizar procesos humanos ha sido una constante el realizar generalizaciones que dejan mal cubiertas las implicancias de los distintos sujetos. Dicho más claramente, es más fácil explicar como revolución que como proceso paulatino, aunque sea prácticamente imposible establecer la frontera que separa los dos lados de la revolución. Justamente el de revolución es un término mucho más fácil de asimilar a cambios de regímenes políticos que a procesos sociales.

Espero que lo largo de mi glosa no le quite mérito.
Crea en mi sana simpatía,
Teófilo.

3 comentarios:

Verónica Garat dijo...

Mi querido Teófilo,
Muy animada por esta profusa correspondencia, y con los síntomas de la soledad mitigados, aguardo con ansias una "parte 2" donde cite y glose el texto en que sus autores exponen la tesis que sostienen y que pondría en dudas la tradicional postura acerca de la mentada "revolución científica".
Con simpatía.
Teófila.

Teofilo dijo...

Teófila Cara:

En relación a ese libro por su merced referido, ha sido pedido para copiarlo por una importante personalidad cuyo nombre me está vedado publicar. En general las copias se hacen en el mismo scriptorium del monasterio, pero en este caso al abad le fue imposible rehusar a cumplir con el pedido, por lo que habrá que esperar que los copistas de esta persona sean dilectos y eficaces.

Feliz con su simpatía,
Teófilo.

Verónica Garat dijo...

Mi querido Teófilo,
Mucho le agradezco aclararme la razón por la cual he de esperar una "parte 2": debemos esperar el regreso del libro "Panorama general de la ciencia moderna" a los anaqueles de la biblioteca.
Esperaré.
Sin embargo, y para mitigar los ardores de la impaciencia, no podría usted, sin citar ni glosar en extenso como requeriría una "parte 2", enviarme una pequeña respuesta?
Como bien afirmaba usted, Peter J. Bowler e Iwan Rhys Morus aparentemente no son de la opinión de que sí hubo de veras una "revolución científica" durante el siglo XVII. Para ellos no hubo tal cosa. ¿Qué hubo entonces? ¿Cómo fue eso? ¿Cómo y por qué afirman lo que afirman y niegan lo que niegan?
Siempre con simpatía.
Teófila.