Mi querido Teófilo,
¿Recuerda usted el extensísimo texto que le transcribí? Sobre el final de este texto Simone Weil considera que a pesar de la dificultad en definirlo, probablemente tenga sentido el término "naturaleza humana", y piensa que ésta "implica el poder de innovar, de crear, de superarse a sí misma."
En 1971 Foucault y Chomsky protagonizaron un debate que fue emitido por la televisión holandesa. Este debate constó de dos partes, la primera tuvo como eje el término "naturaleza humana" y aquí también Chomsky consideraría como inherente a la naturaleza humana la facultad de crear. La segunda parte fue la parte llamada "política" del debate y circula bajo el título "Justicia vs. Poder".
Espero disfrute tanto como yo de estos temas.
Con afecto siempre renovado.
Teófila.
P.D.: cuando ejecute el segundo enlace de los dos que incluí, preste atención porque se trata de un post-package; le sugiero seguir el orden de links indicados en este mismo.
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1 comentario:
"Sin embargo, esta especie de habilidad que tiene el hombre para separarse de su entorno y para dividir y distribuir las cosas le ha llevado últimamente a un campo de resultados negativos y destructores, porque el hombre ha perdido la consciencia de lo que está haciendo y, por tanto, ha extendido el proceso de división más allá de los límites dentro de los cuales funciona correctamente. En lo esencial, el proceso de división es una manera de pensar sobre las cosas adecuada y útil principalmente para las actividades prácticas, técnicas y funcionales (por ejemplo para dividir un terreno en distintos campos, en donde deben crecer diferentes cultivos). Sin embargo, cuando este modo de pensar se amplía a la noción que el hombre tiene de sí mismo y al mundo entero en el cual vive (por ejemplo a su propio concepto del mundo), deja de considerar las divisiones resultantes como simplemente útiles o convenientes y comienza a verse y sentirse a sí mismo, y a su mundo, como formados reamente por fragmentos con existencia separada. Guiado por un concepto fragmentario de su propio mundo, el hombre intenta entonces romperse a si mismo y su mundo para que todo parezca corresponder a su modo de pensar. Así consigue una prueba aparente de que su propio concepto fragmentario del mundo es correcto, aunque, por supuesto, no advierta el hecho de que es él mismo, actuando según su manera de pensar, quien ha introducido ésta fragmentación qu ahora parece tener una existencia autónoma, independiente de su voluntad y de su deseo.
Desde tiempo inmemorial, el hombre ha sido consciente de la existencia de este estado de fragmentación aparentemente autónoma, y a menudo ha proyectado mitos acerca de una primigenia "edad de oro", antes de que la escisión entre el hombre y la naturaleza y entre hombre y hombre hubiera tenido lugar; el hombre ha buscado siempre la totalidad mental, física, social, individual."
(David Bohm, La Totalidad y El Orden Implicado)
Duda uno de que exista entonces esa pretendida "naturaleza humana" y la que exista resultará entonces de las características de su propia visión fragmentaria.
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