Paciente Teófila,
Después de mencionar a Carpentier, no pude dejar de pensar en otro libro perdido al mudarme a Salónica: "Nadie, nunca, nada", de Juan José Saer. Otra vez, imágenes que se viven. No recuerdo haber terminado ese libro, lo podías leer y releer, retomarlo desde más atrás (era muy difícil saber adonde lo habías dejado si no lo marcabas correctamente)
“La playita que se desplegaba a su izquierda, agitada por los bañistas del atardecer, no es ahora más que un recuerdo nuevo que baja a su memoria y un ruido de voces, risas y chapoteos que suena atrás y que va debilitándose a medida que el bayo amarillo trota por la orilla del agua hacia el horizonte casi anaranjado y verdoso detrás de los árboles enanos dispersos sobre la tierra amarillenta.”
Una puntuación adecuada, oraciones largas que fluyen. Prosa poética que te tiene que tomar despierto, como Neruda, que si no te duermes.
Esperando no aburrirla a Vd, la saludo.
Teófilo.
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