Oh, Teófila,
Vd. sabe de mi absurda preocupación por el sentido de las cosas; en este caso, el de este cúmulo de información que dimos en llamar "Leaving Salónica". Esto nace a partir de epístolas reales entre nos. Decidimos publicarlas como una manera de quitar estos debates del banal circuito personal y someter los comentarios a una disciplina un poco –sólo un poco- mayor. Hundiéndome en mi memoria debo decirle que este tipo de epístolas nacen incluso más atrás, de las anotaciones de citas y conclusiones en mi cuaderno de notas. A partir de entonces olvidé el uso de este cuaderno y vuelco siempre mis anotaciones en estas epístolas que puntualmente le envío. Y si Vd. me pregunta, creo que éste es el principal sentido de Leaving Salónica: el transformar las notas personales que quedarían hundidas en oscuros cuadernos difícilmente localizables, en epístolas clasificadas, prolijas y accesibles. Con el agregado de que nos comprometemos en hacer sus formatos accesibles a otros que deseen consultarlas, o agregar las suyas propias.
Si tiene mejores ideas, por favor destruya esta epístola,
Suyo siempre,
Teófilo.
PD: al releer esta epístola veo en Leaving Salónica un sentido bibliotecario que ofende un poco las ansias de un mejor mundo de sus autores, pero no encuentro solución sobre este asunto, al menos momentáneamente.
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