6 oct 2006

Boas y el particularismo histórico

Cara Teófila

Me pareció procedente enviaros unas breves notas que estuve haciendo acerca de Franz Boas

Los antecedentes
Luego de los prejuicios etnocentristas de la Ilustración y a la luz de las teorías evolucionistas decimonónicas, se empezaban a agolpar a las puertas de la Antropología un cúmulo de teorías cada cual más temeraria que, basándose en datos sesgados, establecían relaciones entre elementos culturales distantes o formas de determinismo cultural sin criterios científicos claros. Aparece en escena Franz Boas (1858-1942), fundador del primer departamento universitario de Antropología en EE.UU., para exigir una profesionalización de la investigación de campo y sobre todo para atacar un uso descuidado del método comparativo que hubiera parecido inaceptable a los mismos Morgan o Tylor.

La Posición de Boas
Boas postula que el trabajo de campo y la recogida de datos son más importantes, más prestigiosos y más científicos que la teorización a cualquier escala, grande o pequeña. Además, para el antropólogo doctorado en Kiel, la difusión es más fácil de justificar que las causas internas independientes como las que defiende el evolucionismo. En “The Limitations of the comparative method” Boas no pone en duda la existencia de muchas y notables semejanzas culturales que no podrían explicarse por difusión, pero afirma que esto no basta para dar por establecida la uniformidad de la historia. Este posicionamiento que lo acompañó a lo largo de su vida lo llevó a un purismo metodológico que despreciaba las generalizaciones en las que siempre encontraba casos negativos. Pero con las probabilidades reemplazando a las certezas mecanicistas en los nuevos horizontes abiertos por la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica, Marvin Harris se pregunta por qué entonces los antropólogos deberían exigir a sus leyes que no admitieran excepciones. Boas, de todos modos, sostuvo que la acumulación de datos etnográficos crearía necesariamente las bases para la generalización, una afirmación que según el citado Harris tiene grandes debilidades. La primera de ellas es que una recogida de datos sin hipótesis nos llevaría necesariamente a nuestra conclusión inicial acerca del carácter caótico de la naturaleza, algo derrotista para un científico social. Además, es claro que en cualquier estudio de campo no sólo se recogen ciertos hechos, sino que a la vez se de-jan otros atrás, y esto sucede independientemente de que la investigación esté orientada por una hipótesis formal consciente o no lo esté. De aquí se desprende un error filosófico básico: no existe una recopilación “objetiva” de datos; aunque se haga siguiendo ideas eclécticas, el trabajo de campo se basa en una serie de premisas que condicionarán los muestreos, aunque éstos luego se intenten presentar como variables objetivas. En este sentido fue paradigmático el amplísimo estudio que hizo Boas acerca de los kwakiutl y en particular del potlach, criticado posteriormente por ser un análisis demasiado influido por una visión emic, es decir, que tomaba demasiado en cuenta los puntos de vista de los protagonistas culturales.

El legado:
Su acercamiento a posiciones neokantianas así como su completo rechazo al materialismo es entendible en un momento de avance del marxismo, pero no se debe mezclar a la ligera sus posiciones antievolucionistas y contrarias a la generalización en las ciencias sociales, con aquellas de otros contemporáneos suyos que veían en el avance de la ciencia un ataque a la moral dominante. La lista de los antropólogos que de entre los discípulos de Boas alcanzaron fama e influencia da testimonio de su importancia capital en la historia de la disciplina, y me permito citar a cuatro entre tantos otros: Kroeber, Lowie, Sapir y Benedict. Su contribución más importante tal vez sea el desarrollo del trabajo de campo, en una época en la que muchos de sus contemporáneos eran incapaces de so-meterse a una disciplina científica. Sus últimas palabras antes de morir fueron para otra de sus grandes luchas dentro y fuera de la Antropología: la necesidad de una constante vigilancia contra el racismo.

Entonces Teófila, espero que no haya abusado de vuesa infinita paciencia.
Teófilo

Bibliografía:
Harris, Marvin, El Desarrollo de la teoría antropológica, Madrid, Siglo XXI, 2005 Bohannan, P.-Glazer, Marc: Antropología, Madrid, McGraw Hill, 1992

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola:

Te encontré buscando sobre Marvin Harris.

Muy interesante la exposición.

saludos

Anónimo dijo...

me podrian explixar
que signifoca neokantianas
en realidad no se que quiere decir
y para los temas de expocicion que boy ha explicar es algo frustante no saber que significa esta palabra pues sabemos que hay que explicarla y en realidad no encuentro su significado......

Anónimo dijo...

Hiere leer un comentario como el del 3.9 tan terriblemente mal escrito, como para tomarse en serio explicar el concepto del neokantianismo en la obra de Boas ... hay que cuidar las formas, el lenguaje configura la percepción, o contribuye a ella.
Saludos, y gracias por el resumen sobre Boas/Harris

Anónimo dijo...

Tanto hiere el comentario mal escrito, como hiere la presunción de alguien que lejos de tener la voluntad para explicar y ayudar a alguien, prefiere juzgar y exhibir. No busques el termino neokantiano como tal muy probablemento no lo encuentres o te sea muy dificil hallarlo, enfocate en encotrar informacion sobre Immanuel Kant y a los seguidores de sus planteamientos, las ideas que se dan a raiz de sus teorias y te sera mas facil describir el termino.

Anónimo dijo...

SALUDOS PARA LOS CHAVOS DE 1-B DE LA F.C.P. OK