Cara Teófila,
¿Ha observado Vd. que en general todo aquel que ataca a los dogmatismos, se cuida afanosamente de no ser tildado de relativista o, peor aún, de escéptico? Por lo contrario, alguien que defiende ideas basadas de alguna manera en presupuestos dogmáticos se siente seguro de sí mismo frente a los negros augurios que presupone en caso de que sus axiomas fueran falseados, y no esboza ningún tipo de disculpa acerca de la intrínseca irracionalidad de sus planteamientos.
Volviendo a mi pulcro cubil a continuar con mis estudios, la saludo atentamente,
Teófilo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Mi querido Teófilo,
Creo comprender su observación en general, precisamente porque uno es dogmático y el otro relativista, el primero es más "cuadrado", "bruto", "burro", y el segundo es más "delicado", "abierto". Pero todo esto en general, lo cierto es que conozco miles que no tienen ningún problema en ser tildados de nada y así...
Si le interesa podría acercarme algunos ejemplos para continuar la discusión.
Coménteme algo más acerca de sus estudios.
Mis afectos para usted.
Teófila.
En román paladino se podría contestar a mi epístola inicial con dos frases opuestas: "en boca cerrada no entran moscas", por un lado y por el otro "el que tiene boca se equivoca". Es que creo que está motivada más por impresiones personales fijadas en la niñez que por interés filosófico. Nada puedo agregar a vuesas lapidarias sentencias.
¡Cómo explicarle a alguien tan resistente el pagano miedo a que el cielo caiga sobre la cabeza...!
Publicar un comentario