18 ago 2011

J.D. Salinger

Mi tiernísmo Teófilo,
Los sonidos de la inteligencia son bellísimos. Retribuyo el bello regalo que me ha hecho con Mishima con un largo bocado de Salinger en "El guardián entre el centeno":
"Se volvían locos. Eran el mismo tipo de cretinos que en el cine se ríen como condenados por cosas que no tienen la menor gracia. Les aseguro que si fuera pianista o actor de cine o algo así, me reventaría que esos imbéciles me consideraran maravilloso. Hasta me molestaría que me aplaudiesen. La gente siempre aplaude cuando no debe. Si yo fuera pianista, creo que tocaría dentro de un armario. Pero, como iba diciendo, cuando acabó de tocar y todos se pusieron a aplaudirle como locos, Ernie se volvió y, sin levantarse del taburete, hizo una reverencia falsísima, como muy humilde. Como si además de tocar el piano como nadie fuera un tío sensacional. Tratándose como se trataba de un esnob de pirmera categoría, la cosa resultaba bastante hipócrita. Pero, en cierto modo, hasta me dio lástima porque creo que él ya no sabe siquiera cuándo toca bien y cuándo no. Y me parece que no es culpa suya del todo. En parte es culpa de esos cretinos que le aplauden como energúmenos. Esa gente es capaz de confundir a cualquiera. Pero, como les iba diciendo, aquello me deprimió tanto que estuve a punto de recoger mi abrigo y volverme al hotel, pero era pronto y no tenía ganas de estar solo."


Con toda mi ternura.
Su Teófila


2 comentarios:

Teofilo dijo...

El párrafo que cita tiene un notable sentido dramático, ya que genera un conflicto interior en el lector, que por un lado aplaude las duras palabras del relator y por el otro lado siente cierta aprehensión -y hasta repugnación- por sentirse identificado por alguien tan poco empático por sus semejantes.

Quien tuviera dos vidas para vivir tantas posibilidades. Es la primera vez que oigo hablar de ese colono el tal J.D.Salinger y resulta que la novela por usted citada es una de las más importantes del siglo.
Encontrar entonces un hueco para leerla tal vez sea necesario.

Inmutablemente suyo,

Teófilo

Teofilo dijo...

Pero si conocía una tragedia basada remotamente en la vida de Salinger.