Hoy no ando de deseos ni de paseos. Sólo me detengo en ella y la vuelvo a amar en el mismo día:
"196719 de agostoLA SORPRESA
Mirarse en el espejo y decirse deslumbrada: qué misteriosa soy. Soy tan delicada y fuerte. Y la curva de los labios conservó la inocencia.
No hay hombre ni mujer que no se haya mirado en el espejo y no se haya sorprendido consigo mismo. Por una fracción de segundo nos vemos como un objeto a observar. A esto le llamarían tal vez narcisismo, pero yo lo llamaría: alegría de ser. Alegría de encontrar en la figura exterior los ecos de la figura interna: ah, entonces es cierto que no me imaginé, yo existo."¿Y usted? ¿Nada dice?
Mis afectos distantes para usted.
Teófila
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