18 may 2010

La potencia de Arendt


Cara Teófila,

Sin disminuir mi amor por Vos, ha llegado a mi corazón la señorita Hannah Arendt. Vea usted que potentes palabras al responder a una reseña crítica al filósofo Eric Voegelin acerca de “Orígenes del Totalitarismo”. Más que hacer una reseña del artículo me interesa destacar cuestiones de la prosa de Arendt que tanto me ha gustado descubrir este año. En general son un tipo de razonamiento muy adecuado para aplicar a la política contemporánea.
“Describir los campos de concentración sine ira no es ‘ser objetivo’ sino indultarlos”. (9)
¿Cuántos supuestos “objetivistas” esconden actitudes conservadoras? Recientemente debatimos con Pedro al respecto (aquí y también por correo electrónico).
“toda historiografía es necesariamente una operación de salvamento, y con frecuencia de justificación; nace del temor del hombre al olvido y del empeño que alguien pone en favor de algo, lo cual es incluso más que el simple recordar.” (9)
Bella metáfora y explicación de la memoria histórica.
Si moralicé o si me dejé llevar por el sentimiento es que simplemente no hice bien lo que tenía que hacer, a saber: describir el fenómeno totalitario como ocurriendo no en la Luna, sino en medio de una sociedad humana. (9)
Eso se llama filosofía a martillazos pero insistiendo en que no se puede usar la filosofía para defender argumentos emotivos, como vemos a continuación: no hay que mezclar unas cosas con otras.
“la cuestión es que los liberales claramente no son totalitarios. Lo que no excluye, por supuesto, el hecho de que elementos liberales o positivistas se presten también a un pensamiento totalitario; pero tales afinidades significarían sólo la necesidad de trazar distinciones aun más precisas en virtud del hecho de que los liberales no son totalitarios. (10) (...) mi litigio fundamental con el estado presente de las ciencias históricas y políticas reside en su creciente incapacidad para hacer distinciones.
Lo siguiente lo rescato por la interesante etimología que propone., Savater habría hecho la misma propuesta años después en Filosofía para Amador
Se distinguen de las multitudes de siglos pasados en que no tienen intereses comunes que las mantengan unidas ni ningún tipo del “acuerdo” mutuo que, según Cicerón, constituye el inter-est, lo que está entre los hombres, y que se extiende a todo, desde lo material a lo espiritual y a otros órdenes. (10)
Y aunque resulte increíble, aún hoy hacen falta responder a cuestiones como las que siguen
Quienes de los terroríficos sucesos de nuestro tiempo sacan la conclusión de que tenemos que volver a la religión y a la fe por razones políticas, me parece que muestran idéntica falta de fe en Dios que sus adversarios.
Saludos y salud.

Teófilo


PS: El artículo es Nº 124 de CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA

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