1 mar 2007

Exégesis del Logos como habla apofántica, en Heidegger

Amantissima Teofila,

Mi paso por Berlín en este invierno inconstante es buen marco para leer “El Ser y el Tiempo” de Heidegger, recientemente publicado. Sé que Vd. se horroriza ante la absurdidad vigesimal (¿luego de decimonónica, que viene?). Espero sin embargo que le parezca suficientemente clásico y bello el asunto de la hermenéutica del logos, más allá de mis devaneos intelectuales,

El germano está definiendo el método fenomenológico de investigación. Dice Heidegger: (FCE, Pág. 37-38) que con “la caracterización del objeto temático de la investigación (ser de los entes o sentido del ser en general) parece estar trazado ya también su método. Destacar el ser de los entes y explicar el ser mismo es el problema de la ontología.” Y el método es la fenomenología, concepto que “no caracteriza el ‘qué’ material de los objetos de la investigación filosófica, sino el ‘cómo’ formal de ésta”. Y resume: “El título ‘fenomenología’ expresa una máxima que puede formularse así: “¡a las cosas mismas!’ ”. A continuación, se aplica a una primera definición de fenomenología, estudiando antes en detalle las palabras griegas que componen el término: phainómenon (‘lo que se muestra en sí mismo’) y logos. En esta epístola me detendré en el segundo.

El Habla Apofántica
Heidegger aclara la función primaria del logos mediante lo que el llama “exégesis del habla apofántica”. A partir de la significación fundamental de logos como “habla”, es necesario determinar lo que “habla” quiere decir. El discípulo de Husserl cree necesario extenderse en la explicación del término ya que las múltiples y arbitrarias exégesis han hecho que se “traduzca” (interprete) como razón, juicio, concepto, definición, razón de ser o fundamento, proposición, pero que es necesario averiguar cómo puede significar todo eso en un lenguaje científico.
Así, logos “quiere decir más bien lo mismo que deloyn. Hacer patente aquello de que “se habla” en el habla. Aristóteles ha explanado con más rigor esta función del habla llamándola apophainesthai”. Pero aclara Heidegger: “no a todo ‘habla’ le es peculiar este modo de hacer patente en el sentido del ‘permitir ver’ que muestra. En la manera concreta de llevarlo a cabo tiene el hablar (permitir ver) el carácter de proferir sonidos, voces, vocablos, palabras. El logos es phoné y además phoné metà phantasias. –sonidos o voces en que siempre se avista algo.
“Y nuevamente, porque el logos es un permitir ver, por ello puede ser verdadero o falso”, dice Heidegger, y puede ser útil aquí recordar por nuestra parte que “Aristóteles afirma que la lógica debe analizar el lenguaje apofántico o declarativo, que es el propio de las ciencias teoréticas, en el cual tienen lugar las determinaciones de verdadero y falso”. Continúa el alemán: “El ‘ser verdad’ del logos como aletheyein quiere decir: en el legein como apophainesthai, sacar del ocultamiento al ente de que se habla y permitir verlo, descubrirlo como no-oculto (alethés). Igualmente quiere decir el “ser falso”, pseydesthai, lo mismo que engañar en el sentido de encubrir: poner algo delante de algo (en el modo del permitir ver) y hacerlo pasar por algo que ello no es. Pero por tener ‘verdad’ este sentido y ser el logos un determinado modo de permitir ver, no puede considerarse justamente al logos como el lugar de la verdad. (...) Verdadera es en el sentido griego y encima más originalmente que el llamado logos, la aisthesis, la simple percepción de algo.”
Cierra Heidegger su exégesis de logos con algo que ahora se nos hace evidente: sólo en el sentido de que permite percibir (racionalmente) los entes, podemos considerar al logos como “razón”.

Por otro lado, lamento decirle que he sabido que el teutón se está acercando peligrosamente a posturas políticas algo extremas, ya tendremos oportunidad de hablar sobre el asunto más adelante.
Siempre suyo

Teófilo.